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Introducción, historia: la saga de Bénédict
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La familia Bénédict

En el corazón de Europa,
en el cruce de lenguas y de culturas,
una familia se dedica a una obra pedagógica.


 
La filosofía de la enseñanza

"Lo más sabio es enseñar lo que es útil", éste es el lema que Gastón Bénédict ha establecido, principio fundamental aún válido en la actualidad. Con sus extraordinarios talentos en materia de enseñanza y de comunicación, era capaz de dar respuestas simples y claras a cuestiones complejas.

Su secreto: los idiomas no son más que un elemento de la formación profesional. Las nociones básicas conducen a sectores avanzados y a la especialización, tales como la correspondencia, administración y gestión, mecanografia, informática, derecho, contabilidad, e incluso la traucción simultánea.

Más que ninguna otra institución, las escuelas internacionales Bénédict conceden una gran importancia a las relaciones personalizadas entre los docentes, la dirección y los alumnos. Para los cientos de miles de antiguos alumnos, las Escuelas Bénédict, por su calidad y su rigor inmutables, representan una marca de excelencia.


Escuelas bajo licencia: una fórmula mágica

Desde su creación las Escuelas Bénédict disfrutan de una politica inmutable de otorgamiento de concesiones. Cada escuela, independente, partenece a su director, como responsable. Esto resulta ser una enorme ventaja para todos: las relaciones de proximidad, un clima de confianza, preocupación por la eficacia, una óptima relación calidad/precio.


El precursor, Simón Bénédict (1873-1933), de nacionalidad franco-alsaciana, y por lo tanto perfectamente bilingüe, crea a fines del siglo pasado la primera escuela en Egipto.
Su hijo, Gastón (1900-1953), toma el relevo y lanza en Lausana, en el año 1928, la red de Escuelas Bénédict. Ofreciendo una enseñenza comercial y lingüistica a alumnos de todas las edades, experimentan rápidamente una expansión continental, existiendo más de 40 escuelas antes de la segunda Guerra Mundial.
Jean Bénédict, nacido en 1928, garantiza el principal desarollo - en nombre y en calidad - desde el periodo de la postguerra. Gracias a sus hijos Pierre, Michel y Jérôme, el futuro de las escuelas se halla en buenas manos.